El mensaje desde la botella

Adam habìa sido un hombre millonario y excèntrico. Su nombre habìa resonado por años en las televisiones del mundo debido a las incontables aventuras que habìa protagonizado: ascenso a montañas, lanzamiento desde grandes alturas, buceo en grandes profundidades, todos los desafìos que se proponìa los concretaba. Y vencìa.

Lo sorprendiò un dìa un malestar inusual. Èl era un hombre de cuarenta y tantos años, y luego de una revisaciòn mèdica exhaustiva quedò en claro que Dios ponìa ante èl un duro desafìo: salvar su vida.

Luego de varias consultas los mèdicos fueron categòricos: su enfermedad era terminal, la vida se le iba.

Tuvo un dìa en que se desplomò emocionalmente, y decidiò irse a su casa de la playa a pensar. De todas las cosas que se le habìa ocurrido hacer nunca hubiera imaginado la màs bàsica y sencilla: salvar la vida.

Y lo tomò còmo un reto.

Al dìa siguiente contactò a todo su equipo de trabajo còmo solìa hacer cada vez que se proponìa un nuevo desafìo por lo que los citò y les comunicò a todos las novedades.

Hubo caras de sorpresa, de pena, algunas làgrimas pero todos le ofrecieron su apoyo incondicional. El plan estaba en marcha.

Adam les planteò el proyecto: su idea era ser criogenado y viajar hacia un planeta dònde hubiera alguna civilizaciòn con vida inteligente que lo pudiera salvar.

Estableciò un destino: la constelaciòn de la Vela, y para ello utilizò gran parte de su fortuna para poner en òrbita una nave que lo transportarìa en un recipiente especial que lo conservarìa en estado vegetativo hasta que llegara a destino.Sabìa que la idea era un apuesta fuerte, hasta suicida, podìa perfectamente perderse en el espacio pero lo tranquilizaba saber que tenìa una oportunidad remota de que alguièn, en algùn lugar lo curara.

Su familia lo comprendiò, preferìan verlo partir còmo a un vikingo que en su drakkar se embarcaba hacia la eternidad que pensar en verlo morir en una cama de un hospital, y aceptaron sus deseos, porque esa alegorìa lo hacìa sentir bien, se consideraba un guerrero y, si debìa morir, querìa hacerlo còmo uno de ellos.

El equipo de cientìficos que se hacìa cargo del proyecto le sugirieron que la càpsula que iba a navegar de forma interestelar con su cuerpo llevara un mecanismo que enviara a tierra una señal para poder realizar un seguimiento y controlar sus signos vitales, y por otra parte que Adam tuviera un enlace con aquella Tierra que dejaba atràs El aventurero aceptò porque considerò que si las cosas terminaban saliendo bien serìa una forma de comunicarlo.

Llegò el dia del lanzamiento . Adam agradeciò interiormente que ya fuera la hora de partir porque sentìa que su salud estaba deterioràndose y estaba agotado, sentìa que iba a descansar, que iba rumbo a la aventura de su vida, iba a dormir en paz porque aùn cuando iba a ser un sueño inducido aùn asì seguìa luchando por vivir.

La misiòn de despegue fue un èxito, y la pequeña nave diseñada para surcar el espacio iniciò su viaje tal cual habìa sido pensado, el sueño estaba en marcha.

Durante dos años el pequeño grupo de control de tierra siguiò recibiendo la señal de que la nave seguìa su curso hacia la galaxia elegida y que los sistemas de a bordo mantenìan a Adam con vida, pero un dia ante la sorpresa de todos…el silencio. Se revisaron antenas, ordenadores pero la comunicaciòn estaba interrumpida.

Todos sintieron que el infinito habìa tragado a Adam, que al final el guerrero habìa hallado el descanso y de a poco todos los integrantes del equipo se fueron alejando, todos menos Simòn, el mejor amigo de Adam, quièn siguiò controlando los sistemas a la espera de una señal del amigo perdido que, en su nave- càpsula que valìa millones habìa apostado còmo en una ruleta eterna a la salvaciòn de su vida.

Un año despuès el ordenador volviò a captar una señal. Simòn entre feliz y alegre pensò que algo bueno habìa sucedido y que Adam, ya curado habìa restablecido la comunicaciòn.

Revisò los sistemas que mantenìan con vida a su amigo y se sintiò confundido: los paràmetros que recibìa era similar a los puntos y rayas del còdigo morse.¿Que querìa decirle Adam con este mensaje?

Desorientado, buscò respuestas en la web y la sorpresa fue mayùscula. El mensaje decodificado decìa:

SOS ellos van hacia la tierra

SOS ellos van hacia la tierra

El mensaje lo espantò. Porque enviaba Adam semejante anuncio? ¿Què o quiènes amenazaban a la tierra?

Orò una plegaria por el amigo y apagò todos los ordenadores ya que era evidente que su suerte estaba echada y poco se podìa hacer por èl.

Saliò a la tarde de verano. Un sentimiento de desesperanza lo invadiò al imaginar que el mundo asì còmo lo conocìa podìa cambiar. El aire con aroma a flores, los colores del cielo le hicieron sentir que quizàs todo era un mal sueño, un error que deseaba olvidar.

Simòn caminaba hacia la noche y mientras tanto, en el cielo, una nueva estrella brillaba y se iba haciendo cada vez màs visible: la nave de los visitantes estaba en camino.