Inspirado en Frida, ambientado en mí misma

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Sólo puedo hablar de mí: de quién más sino?
Mi espejo solo refleja una dimensión, la de cada uno que se enfrenta a él, y nunca repite las mismas verdades. Solo sé como lloro, solo escucho mis palabras y entiendo el porqué surgen. Parí, me desgarró el cuerpo y el alma cada ser que vio la luz y comenzó su propio camino, y no descreo de tu dolor…solo sé cual fue el mío.
Aprendí del amor y del desamor y perdí los caminos, también los papeles, los mapas y los atajos. Un dios impiadoso se encarga de borrar las marcas para que tenga que renovarme, extenuante tarea esa de volver a empezar.
El reloj suena suavemente.
Es la vida que me avisa. Hay que seguir adelante. Aunque no quieras.

Textos: Bett Gonzalez Casasola

Fotos: Alberto de Haro