Todos tenemos una misión. Algunos la descubren rápidamente, otros pasan la vida sin
darse cuenta que la tenían, otros la buscan con ansias y no la perciben y otros recorren
un largo camino hasta que logran saberlo.
Todos los casos son válidos, porque de una u otra forma se está en el camino del
conocimiento, solo que cada uno en su propio estadio.
Pero tener en claro la misión convengamos es fantástico. Saber acerca de nuestro
propósito es como recorrer una ruta con la mejor visión, pudiendo observar los detalles
de la travesía.
Somos misioneros de la vida, y ello no supone una carga en si, es lo que conjugado con el
resto da sentido a nuestra existencia
Texto: Bett G.C.
Fotos: Pixabay