La misión

Todos tenemos una misión. Algunos la descubren rápidamente, otros pasan la vida sin

darse cuenta que la tenían, otros la buscan con ansias y no la perciben y otros recorren

un largo camino hasta que logran saberlo.

Todos los casos son válidos, porque de una u otra forma se está en el camino del

conocimiento, solo que cada uno en su propio estadio.

Pero tener en claro la misión convengamos es fantástico. Saber acerca de nuestro

propósito es como recorrer una ruta con la mejor visión, pudiendo observar los detalles

de la travesía.

Somos misioneros de la vida, y ello no supone una carga en si, es lo que conjugado con el

resto da sentido a nuestra existencia

Texto: Bett G.C.

Fotos: Pixabay

mision

Cuando suba la marea

Vida, hada caprichosa

que tejes con hilos de colores,

me llevas donde tus vientos juguetones,

me arrojas en tus costas, aún cuando me

invadan los temores..

Como el mar, que acompasado

va y viene con un ritmo planeado,

empujas mi barca, a destinos inciertos

que luego poco a poco, vas mostrando,

como si fuera un juego sutil el de

navegar así, probando.

A veces te temo: lo reconozco,

sobre todo cuando encallo, cuando quedo

a merced de la playa solitaria,

donde no hay abrigo ni consuelo.

solo silencio, y la ola que acompaña.

No te reclamo: te dejo hacer

confió en la marea salvadora,

que me devolverá otra vez a la corriente,

para seguir buscando ese horizonte.

Utopía?

Textos: Bett G.C.

Fotos: Pixabay

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