Tristeza de adiós

Tristeza de adiós

Cómo esas hojas que dan por terminado el verano antes de tiempo, así ha sido este amor. Aún verde se ha desprendido de sí, aún fuerte se dio por vencido y no supe porque. El viento de esta tarde casi otoñal me trae tu recuerdo, que no lo he pedido y sin embargo viene a mi con ganas de abrazarse a este corazón que aprendió a vivir con su ausencia, quizás porque a veces, solo a veces siente que me extraña, necesita volar cerca mío y percibir que no todo ha desaparecido, y solo con la sombra de lo que fue sigue adelante. Espera lo que será. Espera.

Textos: Bett Gonzalez Casasola

Fotos: Alberto de Haro

Títeres del sistema

Títeres del sistema

Como títeres bien fabricados vivimos en nuestro hoy sin quejarnos demasiado. Intentamos ser nosotros mismos, creamos mundos personales, pero hilos invisibles disponen de nuestras decisiones. No lo notamos normalmente hasta que los dueños del poder tiran de las cuerdas, ajustan, las tensan y quedamos en una situación complicada, en una posición difícil. Miramos hacia arriba, solo vemos una sombra siniestra en la que los hilos se pierden…
Solo a veces, y cuando muchos títeres nos juntamos es que sentimos esa necesidad de libertad, de ser nosotros mismos, y me pregunto cuando será el momento en que cortemos la dependencia: si cuando el miedo sea superado por la necesidad o cuando nos falte el aire de la libertad. Espero hallar la respuesta. O que la hallemos todos juntos.

Textos: Bett Gonzalez Casasola

Fotos: Alberto de Haro

Sin trabajo

Sin trabajo

Fatigado de andar las calles en búsqueda de trabajo vuelvo a casa. Veo los carteles dónde ofrecen perfumes caros y me pregunto porque la vida es tan irónica, mientras algunos juntan las monedas para comer otros gastan billetes solo para despedir un rico aroma. Las sonrisas de las fotos me dicen que hay un mundo mejor, que solo es cuestión de saber llegar a él, y me pregunto si soy yo que perdí el camino o el mundo me cambió la carta de navegación. Pienso que cara pondré cuando abra la puerta de casa y ella espere una sonrisa de esperanza, y me planteo si a veces no es mejor una mentira piadosa a una realidad cruel. Espero que la vida se decida a cambiar los vientos, tanta tormenta me està agotando.

Textos: Bett Gonzalez Casasola

Fotos: Alberto de Haro

Làgrima

Làgrima

Una gota de eternidad se deslizò por la curva de tu pestaña malvada. Nunca vistes cuando caìan de mis ojos. Quieres que sienta pena por las tuyas, pero curiosamente no lo logras. Te amè? Hoy creo que solo eres mal recuerdo.

Textos: Bett Gonzalez Casasola

Fotos: Alberto de Haro

Personajes

1400302_411904258937330_1774039022_oAcaso no vamos por la vida representando un personaje? Cada cual elige el suyo, los ropajes en los que se siente màs còmodo y se muestra tal cual desea pero no tal cual es en verdad. Es màs fàcil usar la careta? Nos protegemos mejor detràs de esa imagen que creamos dia a dia? De que nos protegemos? Del mundo o de nosotros mismos? A veces nos imponemos ser, mostrarnos de una forma solo para cumplir con el mandato, sintiendo la felicidad a travès de la sonrisa del otro. Pero olvidando la propia. Tan necesaria.

Textos: Bett Gonzalez Casasola

Fotos: Alberto de Haro

Indiferencia

Indiferencia

Estoy aquí, presente, mirándote. No importa cuan atenta esté, cuanto intente darte: no lo percibes. Caminas hacia adelante en la vida, presuroso de lo que viene pero no me notas, no sientes cuan importante eres en mi vida, solo te enfocas en lo que quieres y me dejas a un lado. Quizá la indiferencia es más amarga que el adiós, porque sigues estando ahí aún cuando no das nada, y solo tengo un espejismo de aquel que fue algo que ya no será. No tiene sentido el mar sin el viento. Ni una ola sin su espuma.

Textos: Bett Gonzalez Casasola

Fotos: Alberto de Haro

Desnudez

Desnudez

Mi cuerpo bello, redondeado y perfecto te adora con todas sus fibras. Una colección de bellos perfiles, rincones ocultos pero hallables que quieren ser descubiertos, con perfumes únicos que quieren tener solo un dueño. No le temo a tus ojos: sé que me ven ideal, no siento verguenza de tu mirada porque le da sentido a este universo de células que solo vibran cuando tu las amas.

Textos: Bett Gonzalez Casasola

Fotos: Alberto de Haro

Solo un caballo

Solo un caballo

El patrón, un tipo soberbio llegó como cada mañana al haras. Haciendo chasquear la fusta en sus botas imponía respeto a los golpes, más de un caballo había sufrido la intensidad de su locura cuando no hacían lo que él mandaba, y ningún peón había hecho comentarios porque temían ser golpeados también.

Esa mañana estaba decidido que Mande señor, uno de los últimos caballos que había comprado, fuera domado, y él quería estar presente.

Rosendo, el domador, intentó de todas las formas doblegar al córcel, pero la furia del equino lo hacía incontrolable. Los gritos del patrón desde fuera del corral enloquecían a hombres y a animales, y la tozudez de la bestia hizo que el violento estanciero se enfureciera y, de su camioneta sacara una escopeta.

El aire se heló entre los presentes cuando entró al corral y apuntándole firmemente le disparó sin compasión. El animal, con sus ojos acuosos y tristes lo miró, y tambaleante inició una carrera final y desbocada, y con el relincho de la despedida se paró en sus patas traseras frente al tirador, desarmándo su cuerpo enorme y noble sobre él.

Apenas el arma asomaba debajo del animal, el sombrero lleno de tierra y algún zapato que ridículamente había quedado alejado de la escena y dado vuelta. Todo había sucedido tan rápido que esa calma de muerte después de la tormenta era extraña y difícil de resolver.

Un perro viejo se acercó a olisquear pero ni caballo ni humano se movían. El capataz, acaso tomándose su tiempo para asegurarse de que el odioso patrón estaba muerto daba vueltas alrededor de los cuerpos, poniendo sus brazos en la cintura y estudiando como solucionar la situación.

Al rato hizo traer el tractor, y enganchando de la pata al animal lo fueron tirando hasta que el cuerpo del hombre, patrón y dictador del lugar, quedó debajo del sol como un muñeco absurdo y sin vida, cómo si un ángel maldito hubiera volado a otro cielo dejando esa cáscara vacía sin alas allí tirada.

Un caballo había llegado al cielo dejando detrás un último acto de justicia. Acaso el primero que conoció el hombre. Curiosos y extraños finales teje el destino.

Texto: Bett Gonzalez Casasola

Fotos: Alberto de Haro

Tocando para ti

Tocando para ti

Cierro los ojos e imagino. Pienso que tu estás allí, del otro lado, ávido de descubrir qué escribiré para tí. Entonces tomo a las palabras como si fueran notas musicales y compongo esa melodía que siento te gustará, las muevo buscando ese acorde en el que mejor suenan y sonrío satisfecha cuando lo logro, cuando mi sensibilidad me indica que tu lo disfrutarás.
Hago música con palabras para tí mi lector, para que mi melodía te siga sonando en los oídos y vuelvas a esta isla que he inventado en medio de este vasto océano virtual.
Todo tiene sentido si vuelves. Hasta yo misma.

Textos: Bett Gonzalez Casasola

Fotos: Alberto de Haro

Viajero

Viajero

Como eternos viajeros pasamos por esta vida. A cuesta llevamos un saco de historias, de recuerdos, de sentimientos usados y nunca olvidados. Acaso será que los ancianos caminan lento porque les pesa lo vivido? Porque no podemos deshacernos de nada? Y aunque siempre vivamos en en mismo lugar el viaje es de persona en persona, de vivencia en vivencia. Hay quiénes tienen viajes apacibles, otros surcan mares tormentosos, pero todos, absolutamente todos somos viajeros en la vida. Quizá las sonrisas sean el modo de lograr llevar mejor las cargas y las lágrimas aquello que hacen de nuestro equipaje algo hasta cierto punto insostenible. Será cosa entonces de encontrar el balance y seguir andando hasta el final del camino.

Textos: Bett Gonzalez Casasola

Fotos: Alberto de Haro