No somos conscientes de la meta. Vivimos tirando de situaciones, de personas, de pasados, y muchas veces no percibimos eso de establecer metas, dirección en nuestro andar en la vida.
Las metas nos organizan, nos conducen, nos ordenan la caminata. Necesitamos ese horizonte, ese punto en el que enfocar la mirada, las ideas, el futuro, porque si no nos transformamos en seres que vivimos en automático, inventando cada dia una razón para vivir.
La meta es creativa: debe serlo. Cada uno tiene un deseo interno, una necesidad, un reto personal a cumplir, y necesitamos tenerlo para sentirnos vivos, para autogenerar ese amor propio y autoestima que se llena de alegría cuando avanzamos, o que recarga las ganas de luchar cuando las cosas no salen como esperamos.
La meta es propia, es única y contiene la particularidad de derribarnos emocionalmente cuando no la cumplimos, porque interiormente sabemos que solo depende de una persona: nosotros mismos.
Textos: Bett Gonzalez Casasola
Arte: Silvina Russo-Artista plástica