El cristal roto

Tu juventud tan radiante

se vio quebrada como un vidrio,

astillado

tu transparencia se enturbió con el

dolor del sufrimiento y el quebranto.

Tu mirada empañada por la pena

del que no entiende ni el porqué

ni el hasta cuando,

tu lágrima perdida en los mares

de la distancia, de la ausencia,

el desarraigo.

No habrá más penas, un día es el final

y se terminan,

no habrá pesares, no habrá fatigas

solo esperanza,

no puedo ofrecerte más que una fe ciega

de creer sin más en el mañana.

Texto: Bett G.Casasola

Imagen: Antonio Rambla Fotógrafo

 

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