El amor no se rige por la razón: nace cuando y donde quiere, no tiene respeto por el entorno, no tiene lógica. El amor no espera que lo comprendas: crece sin esperar nuestro permiso, exige sin entender que quizás no estamos en condiciones de brindar nada. El amor no conoce de tiempos: puede esperar siglos o consumirse en segundos, y se hace fuerte aún cuando seamos débiles.
Las razones del amor es la sinrazón, es el no ajustarse a lo que deseamos racionalmente y sumirnos en el sinvivir de la espera.
Arder con una palabra y consumirnos en el deseo de aquel a quién amamos.
Textos: Bett Gonzalez Casasola
Fotos: Alberto de Haro